miércoles, 6 de octubre de 2010

COORDINADORA GENERAL


NUESTRA COORDINADORA GENERAL DEL CENTRO DE MAESTROS DE POZA RICA ES LA MTRA. AMELIA GUTIERREZ SMITH, QUIEN DIRIGE DE MANERA ATINADA ESTA INSTITUCION QUE ACTUALIZA Y CAPACITA A LOS DOCENTES DE LOS TRES NIVELES DE EDUCACION BASICA DE POZA RICA Y LA REGION, EN ESTE CASO EN TEMAS DE SEXUALIDAD

COORDINADORES DEL TALLER



MTRA. ROMY RIOS GONZALEZ


MTRO. ESTEBAN ESPINOSA RAMIREZ

UNIDAD 1: Encuadre del taller, introducción al curso, expectativas y conocimientos previos



- Presentación de cada docente
- Formar equipos, dividir la cartulina en dos, en una lado poner la importancia del taller para alumnos y del otro lado para los docentes
-Preguntar a los docentes el concepto de sexualidad que aprendieron en la escuela en su infancia
-Lectura “El modelo de los 4 holones” manual pag. 41 a 48
-Exposición y discusión de conferencia “Las acciones formativas: ejes rectores para una educación integral” ppt en unidad 1

ALGUNOS CONTENIDOS
LA SEXUALIDAD HUMANA
La sexualidad es un aspecto central del ser humano presente a lo largo de toda la vida e incluye el sexo, las identidades y papeles sexuales, la orientación sexual, el erotismo, el placer, la intimidad y la reproducción. La sexualidad se vive y se expresa en pensamientos, fantasías, deseos, creencias, actitudes, valores, comportamientos, prácticas, papeles y relaciones. Si bien la sexualidad puede incluir todas estas dimensiones, no todas ellas se viven o se expresan siempre. La sexualidad se ve influida por la interacción de factores biológicos, psicológicos, sociales, económicos, políticos, culturales, éticos, legales, históricos, religiosos y espirituales.
La sexualidad humana está presente desde el nacimiento su naturaleza es muy diferente en la infancia, en la adolescencia y la vida adulta.
MODELO HOLONICO DE LA SEXUALIDAD
En este capítulo presentamos el modelo de sexualidad conocido como “Modelo Holónico de la Sexualidad” o “Modelo de los Cuatro Holones Sexuales”.
Éste plantea que la sexualidad humana es el resultado de la integración de cuatro potencialidades (Holones) humanas: Reproductividad, Genero, Vinculación afectiva y Erotismo

UNIDAD 2: Tipo de violencia hacia la sexualidad adolescentes y los ejes del programa para prevenirla



Manifestaciones problemáticas del genero en secundaria
-Plenaria: definición de violencia sexual.
-Exposición y discusión de la conferencia “Prevención de la violencia sexual a través de la educación” ppt en unidad 1 o,
lectura “ Generalidades sobre la violencia” manual pág. 37


Manifestaciones problemáticas del Holón vínculos afectivos en secundaria
-Invitar al grupo a recordar las características durante su adolescencia
-Formar equipos de tres y realizar actividad de guía pág. 103
-Exposición y discusión de la conferencia “Construcción social de la masculinidad y la feminidad y su impacto en la salud”. Guía pág. 85–88 o ppt en unidad 2

Manifestaciones problemáticas del Holón vínculos afectivos en secundaria
-Lectura “La familia en el desarrollo integral de adolescente” Manual pág. 159 a 162

ALGUNOS CONTENIDOS
QUE ES EL GENERO
El género es una categoría utilizada para analizar cómo se definen, representan y simbolizan las diferencias sexuales en una determinada sociedad. Por tanto, el concepto de género alude a las formas históricas y socioculturales en que mujeres y hombres construyen su identidad, interactúan y organizan su participación en la sociedad. Estas formas varían de una cultura a otra y se transforman a través del tiempo.javascript:void(0)

LA MUJER
La mujer sigue siendo menoscabada, devaluada, utilizada, considerada como menos capaz, sigue siendo violentada de diversas formas y presenta más incidencia de violencia sexual o erótica, es juzgada como una “cualquiera”, está sujeta a las decisiones de su pareja sobre la vida sexual, el ingreso económico es menor, es excluida laboralmente si tiene hijos/as.

Construcción de la masculinidad: factor de riesgo para la salud masculina y sus consecuencias también para la femenina; alcoholismo para disfrazar emociones o intenciones, La violencia homofóbica surge como una manera de evitar el contacto homosexual.

El hombre muere más joven que la mujer, fallece más por accidentes, padece más de alcoholismo, más trastornos por estrés, es más violento y más violentado durante su vida, recibe menos atención médica y se le dificulta pedir ayuda para problemas mentales y sexuales

UNIDAD 3:MANIFESTACIONES PROBLEMÁTICAS DEL EROTISMO EN SECUNDARIA



-Indagar sobre el nivel de conocimiento del grupo sobre el tema.
-Lectura “Infecciones de transmisión sexual” manual pág. 119 a 130 o ppt en unidad 3
-Aplicar la técnica de sensjavascript:void(0)ibilización “A obscuras” en guía pág. 118 a 119


-Indagar sobre los factores asociados al embarazo adolescente
-Lectura “Prevención integral del embarazo durante la adolescencia” manual pág.- 133 a 155 o ppt en unidad 3
-aplicar la técnica de sensibilización “El dado embarazado” guía pág. 122

ALGUNOS CONTENIDOS
Mensajes importantes en la educación sobre métodos para prevenir el embarazo

El embarazo es un evento saludable y positivo, la oportunidad de formar una familia y enriquece intensamente la vida de quienes así lo deciden; y merece de ser planeado, valorado y respetado.

Las razones para prevenir el embarazo en la adolescencia, no tienen nada que ver con criticar la forma de ser o de pensar de los y las adolescentes, ni con juzgar su desarrollo erótico, sus capacidades para amar.

La educación para prevenir el embarazo es una expresión del cuidado adulto por la salud integral de los y las adolescentes.

La etapa más saludable para el embarazo es la adulta.

La planeación del embarazo es un derecho y responsabilidad de ambos miembros de la pareja.

Toda pareja que viva un avance en el nivel de caricias eróticas, debe de conversar sobre qué haría cada quien si ocurriera un embarazo.*

Si una pareja realmente desea postergar el inicio de la paternidad y la maternidad, debe de utilizar un método anticonceptivo regular, más uno de barrera, más evitar las relaciones sexuales alrededor de la ovulación.**

Si una pareja no se atreve a hablar sobre la prevención del embarazo, ni acudir a una visita médica, no cuenta con recursos económicos para prevenir un embarazo, se siente incómoda negociando y utilizando métodos para prevenir el embarazo; no está lista para el inicio de las relaciones sexuales.

La libertad para decidir sobre la propia vida y sexualidad, tiene una relación directa con la capacidad para asumir las consecuencias, positivas y negativas y las responsabilidades asociadas a estas decisiones tomadas.

Cuando una persona no es independiente ni autosuficiente económicamente, debe asumir que sus decisiones sobre el embarazo también tendrán un impacto en terceras personas

UNIDAD 4:ANÁLISIS BIBLIOGRÁFICO Y SU RELACIÓN CON LA LABOR EDUCATIVA EN SECUNDARIA

-Lluvia de ideas sobre la necesidad de Reconocer nuestro compromiso ante estos temas.
-Lectura “La función docente ante las expresiones sexuales en la secundaria” manual pág. 167 a 171.
Lectura de … buscar material

-Hacer un listado de propuestas prácticas en base a las lecturas anteriores.

ALGUNOS CONTENIDOS
TOMADO DE "http://educar.jalisco.gob.mx/17/Caamano.html"
A manera de anécdota: hace unos días, al presenciar la exhibición de la película Y tu mamá también, a media sala y función, con voz varonil se dejaron oír los gritos homofóbicos y anónimos de alguien que sin duda con ello conjuraba su latencia homosexual. En parte, de ahí surgió la idea de compartir estas reflexiones.

Son varios los retos que enfrenta hoy, como ayer, la educación sexual en la escuela, primordialmente la de nivel básico. En primer lugar, y a pesar de que mayoritariamente los padres de familia reconocen la necesidad de dicha educación para sus hijos, y que trabajosamente se abre paso en las aulas, la legitimación de esos conocimientos muy útiles en la era del vih-sida no dejan de presentarse resistencias aisladas a nombre de diversas causas.

Aunque los sectores marcadamente tradicionalistas desearían que el silencio y/o la satanización hacia los conocimientos en sexualidad fueran la actitud elegida y la regla vigente, no deja de ser contradictorio que el desenvolvimiento social, en plena globalización, plantea complejas contradicciones sobre el tema. Es decir, no se puede tapar el sol con un dedo cuando el desarrollo de las tecnologías mediáticas ofrece amplios estímulos e información para la juventud y la niñez. También está el hecho de que una realidad compleja y diversa se quiera someter al estrecho corsé de definiciones y lineamientos unilaterales; esto ofrece dificultades y la principal es que el pensamiento único se ve desbordado.

De la misma forma, el concepto de familia que en ocasiones pretende definir y retratar a una sociedad anterior a la actualmente existente, plantea problemas y tensiones que se reflejan en la sociedad y en la institución escolar. Asimismo, la emergencia de actores nuevos —mujeres organizadas que reivindican sus derechos y minorías sexuales que se visibilizan—; los avances en la tecnología no reproductiva; la incorporación creciente de la mujer en el mercado laboral y la conformación de una diferente realidad de familia monoparental; los avances en la legislación internacional y en los programas y acuerdos mundiales, como fueron la Plataforma de Acción de la Conferencia Internacional sobre la Mujer (Beijing, 1995) y el Programa de Acción de la Conferencia Internacional de Población y Desarrollo (El Cairo, 1994), entre otras realidades, vuelve exigible una visión más plural e informada.

Ciertamente, es mucho lo que en ocasiones se le exige al maestro o se espera de él, pero el punto central es que la calificación académica en los temas de sexualidad humana se vuelve una necesidad impostergable en el actual currículum escolar.

Los testimonios del pasado que reeditan el presente: la lucha por el alma infantil

Cito a continuación algunos párrafos de lo escrito por la señora Josefina Santos Coy de Gómez, en su artículo “La educación sexual destruye la dignidad humana”, publicado en el periódico La Palabra, el 1 de junio de 1933,1 es decir, hace por lo menos 68 años:

No se puede pensar en la educación sexual sin sentir vértigo ante la magnitud de los desastres morales que traerá consigo; tampoco se puede concebir que haya hombres que se dicen cultos y honorables y que aprueban semejante desviación del sentido moral.

¿Romper el velo de la inocencia? ¿Poner ante los ojos cándidamente asombrados de los niños las crudezas de la vida? ¡Qué estupidez, qué maldad y qué cinismo!

Según dice la prensa, se comenzará a impartir la educación de higiene sexual desde el tercer año de primaria: es decir, a niños y niñas de ocho, nueve y diez años. Y ¿qué fruto sano podrían sacar estos pequeños de esa enseñanza que no comprenderán rectamente porque su inteligencia, por razón de su edad, aún no está capacitada para hacerlo?

Esta idea monstruosa, criminal y absurda, no producirá en la práctica más que desolación y desvergüenza. Rasgar el velo de la inocencia es tanto como arrojar a los niños con los ojos vendados en el mar tumultuoso y bravío...

...El primer sentimiento de una niña cuando se le muestren gráficamente, como se pretende hacerlo, las relaciones sexuales, será de repugnancia por su pudor instintivo, luego de inquietud malsana y por fin de desvergüenza...

...Los niños deben ser sagrados mientras conservan su pureza y el maestro está obligado a respetar esa bella ignorancia de la vida que los hace tan adorables...

...Con la bendita ignorancia de los problemas sexuales fueron educados nuestros abuelos y supieron ser hombres y mujeres conscientes de su responsabilidad y de su dignidad humanas; con la ciencia altamente inmoral que el gobierno absurdamente pretende imponer, no hará más que sujetos que serán candidatos forzosos para el lupanar y para el manicomio...

Seleccioné estos párrafos reveladores porque están inscritos en el inicio de cuatro momentos históricos fundamentales de la Secretaría de Educación Pública (sep): 1933, 1972, 1992 y 1998, en los que la educación sexual en las aulas parece que ha pasado del rezago al consenso2 ya que existe una amplia aceptación de que la sep debe participar en esta formación de los alumnos.3

La necesidad de ajustar los requerimientos sociales de educación sexual ha llevado a la sep a una modificación de los libros de texto de secundaria y de 5º año de primaria. Si bien hubo intentos de reiniciar, en un primer momento, la polémica ya superada y la movilización social impulsada en otras oportunidades por sectores representativos de la iglesia católica o que responden a sus intereses, en esta última ocasión la secularización del laicismo demostró la viabilidad de las reformas sin mayores sobresaltos.4 Las reformas a los libros de primaria y de secundaria que, en los textos de educación cívica y ética abordan contenidos sobre sexualidad humana,5 han puesto de relieve la urgente necesidad de capacitar y/o actualizar al magisterio para abordar satisfactoriamente estas temáticas. El presente artículo pretende introducir algunas reflexiones sobre el asunto.

Algunas inercias en el aula

De acuerdo con los resultados de un estudio de la Secretaría de Educación Jalisco, efectuado en una muestra de 93 docentes de 50 escuelas secundarias, se señala que 41 por ciento de los profesores/as manifiesta que no debe hablarse en las escuelas de sexualidad con los alumnos, contra 47 por ciento que opina afirmativamente. Asimismo, para 37 por ciento resulta embarazoso contestar las dudas que los adolescentes les plantean acerca del tema, contra 53 por ciento que no; 71 por ciento ve con buenos ojos que los medios de comunicación sean una alternativa para difundir educación sexual; 36 por ciento respondieron correctamente cuál es la diferencia entre sexo y sexualidad; 26 por ciento confundieron los dos términos y el resto dio una definición biológica incorrecta, o no contestaron. Lo más significativo es que, a pesar de eso, los profesores/as reconocen estar conscientes de las consecuencias de una inadecuada educación sexual en términos de enfermedades de transmisión sexual, en abortos, en traumas sexuales y en la tendencia a la desintegración familiar.6

En otro estudio realizado7 se aplicó un cuestionario de conocimientos básicos acerca de la sexualidad a 64 maestros/as de educación básica. La edad promedio de los/as encuestados/as fue de 28 años. La calificación promedio obtenida en escala de 0-10 fue de 3.92 puntos: los docentes con 3.68 y las maestras con 4.04. Asimismo, 75 por ciento de los/as encuestados/as creen que la masturbación es dañina; más de la mitad de los/as maestros/as opinan que la homosexualidad es una enfermedad y debe curarse, y que basta verlos para saber si son o no gays. Sobre este último punto, no está por demás recordar el catálogo de prejuicios sobre la homosexualidad, producto de la desinformación, los clichés y los temores.8

Más allá de las declaradas insuficiencias o de los temores y tabúes para hablar autorizadamente acerca de la sexualidad, existen limitaciones inherentes a una forma dominante de mirar y vivir la sexualidad que siguen determinando la educación en sectores importantes del magisterio, ya que a pesar de todo sigue existiendo una gran desinformación y confusión. Para superar lo anterior, sería deseable y recomendable una mínima revisión bibliográfica.9

A manera de ilustración y de acuerdo con los datos anteriores, a continuación van algunos ejemplos de dichas limitaciones o carencias:

La primera de ellas es que, si bien se han actualizado los libros de texto de primaria y secundaria, falta una capacitación al magisterio que acompañe tales innovaciones. Y esa capacitación pasa por cuestiones tales como los derechos de los/las niños/as y una propuesta coeducativa y no sexista,10 pero también por una preocupación tendiente a combatir las formas de privación o discriminación y de violencia física, emocional y sexual, determinadas por razones o estereotipos de edad, de etnia, de clase social, de discapacidad o de orientación sexual.

La segunda es que por motivo de una influencia biologista y positivista se favorecen y vuelven predominantes enfoques de carácter genitalista y fisiologista, sin atender la sexualidad como objeto de estudio integral y a la vez transversal a la experiencia escolar.

En la tercera sigue teniendo fuerza la idea de que el magisterio no se debe comprometer con tales materias porque de entrada se considera algo potencialmente muy delicado y que no puede sino presagiar problemas, en primerísimo lugar con los padres de los/las niños/as y adolescentes y, en segundo lugar, con las autoridades educativas y con la opinión pública. Sobre el particular, habría que añadir dos cosas: a) se puede abordar la sexualidad con tranquilidad, objetividad y como factor de crecimiento, sin violentar o incomodar a nadie; b) valdría la pena revisar las cifras negras que sigue arrojando la deficiente educación sexual (medida en términos de embarazos precoces, embarazos no deseados, enfermedades de transmisión sexual, etcétera) para repensar ese punto de vista.11, 12

La cuarta carencia es que se mantienen en pie patrones muy rígidos que, por considerarlas escandalosas, siguen dejando de lado asignaturas pendientes sin información sustentada para abordarlas, como por ejemplo la masturbación,13 el abuso sexual infantil,14, 15, 16 la orientación sexual,17 las expresiones comportamentales de la sexualidad.18 Ello no impide que en las escuelas y en los hogares, a pesar del silencio y la reprobación, esto constituya una realidad más cotidiana de lo que imaginamos y aceptamos.

La quinta, la creencia muy extendida y ciertamente sin ningún sustento empírico, de que hablar abiertamente de sexualidad es abrirle los ojos a la inocencia infantil, sin reconocer que, por el contrario, la información objetiva, oportuna y pertinente favorece el ejercicio responsable y no precoz de la sexualidad.

La sexta, una forma de percibir y razonar de forma totalizante, sin mediaciones: o afirmativo o negativo, o blanco o negro, natural-antinatural, moral-inmoral, normal-anormal, salud-patología; fórmulas que bien podríamos, sin mucho esfuerzo, calificar de binarias, es decir, sin contexto, matiz, ni gradación. Texto sin contexto que resulta pretexto para esa deformada forma de percepción. Mensajes implícitos: la finalidad principal de la actividad sexual es la procreación. Sólo la posición del misionero es la correcta. La monogamia está programada en el adn. Si no hay virginidad femenina no hay virtud. No existe ni libido ni sexualidad en niños y ancianos. O la primacía del cuerpo o la primacía del alma. Bueno o malo como fórmula generalizadora. Hay roles y actividades exclusivos para hombres y para mujeres. La razón pertenece al hombre y el sentimiento a la mujer. Por “naturaleza” los hombres son incontinentes y las mujeres pudorosas. Homosexualidad al cien por ciento o heterosexualidad al cien por ciento, etcétera. Y todo esto se complica si agregamos la doble moralidad que suele acompañar las formulaciones comentadas.

Séptima, de paso habría que señalar que son escasos los esfuerzos, ya no digamos de investigación, sino de simple puesta al día, del avance de las novedades en este campo, lo cual se encuentra ligado a la escasa tradición de trabajar verdaderamente en equipo, ya que, en la institución escolar actual, todo, o casi todo, está orientado a favorecer los esfuerzos individuales y aislados de sobrevivencia, sin acciones sostenidas y de carácter colectivo para la reflexión, el análisis y la discusión.

Octava, de la misma manera, se tendrían que revisar las concepciones dominantes en lo que hace al sexismo19 y la homofobia, dadas las formas extremas que se llegan a presentar de esas expresiones.

Novena, la fuerza de una tradición social y cultural que percibe la sexualidad como mortificante y antierótica. Hay mucha tela de donde cortar en el análisis histórico para explicar cómo y por qué en occidente se construye dicha tradición social y cultural a partir, por ejemplo, del mundo grecolatino clásico. Referencia curiosa resulta la de Platón en El banquete, texto que contiene el mito griego de la eterna búsqueda de la otra mitad de la esfera original, por el castigo de Zeus de separar los cuerpos de hombres, mujeres y andróginos.

La décima, y muy ligada a lo anterior, las petrificadas ideas sobre un pretendido orden natural eterno y omnipresente, es decir, no histórico, y una muy discutible y absolutista idea de normalidad como rasero verticalmente axiomático, lo que significa evidente en sí mismo. Por supuesto que ambos conceptos exigen una amplia discusión fuera de los límites de estas notas. Sin embargo, el trabajo de los/as docentes se llega a constituir de tareas predecibles y rutinarias que atienden más a la forma que a los contenidos realmente transformadores y críticos, llegando así a producir docentes formalistas, conformistas y dependientes del sentido de autoridad y subordinación, muy caro a su percepción;20 dependientes también de una creencia de normalidad y moralidad que permea sus ideas sobre la sexualidad. En ese contexto, podríamos pensar en vacíos significativos en el ejercicio docente que refuerzan esas rutinas, como por ejemplo, la ausencia de la pedagogía de la pregunta, es decir, de poner interrogantes en las evidencias,21 la ausencia de un docente integrado a una política cultural capaz de impulsar una reforma social con sentido democrático,22 la falta de reconstrucción de las preconcepciones,23 pero, sobre todo, de una introspección sobre su propia vida sexual; prerrequisitos fundamentales para una acción reflexiva y transformadora del magisterio que permita el replanteamiento de la sexualidad como realidad biopsíquica. Como vínculo afectivo y erótico. Como derecho a elegir y como responsabilidad de la elección. Como construcción social histórica y cultural. Como realidad compleja inasible a través de fórmulas simplificadoras.

¿Desde dónde y hacia dónde la educación sexual?

¿Hemos revisado los/las educadores/as nuestros miedos, fobias, sentimientos de culpa, inseguridades y, tal vez, prejuicios asociados a la noción de sexualidad? La elección de temas y el enfoque y vocabulario empleados denotan parte del currículum oculto de quien enseña. La carga emotiva y moral con la que colorean los temas también. ¿Es problema de los alumnos o de los adultos la incapacidad de, o el bochorno al, abordar ciertos temas asociados a la sexualidad y a la curiosidad y realidad de los/las niños/as y adolescentes?

¿Cuáles son las necesidades de los/as niños/as y los/as adolescentes acerca del conocimiento de su sexualidad en un mundo globalizado pero, a la vez, diverso y complejo? ¿Qué es lo que requieren saber para una sexualidad informada y responsable, para su ejercicio saludable y pleno o para su abstinencia? ¿A qué hogueras conducen los caminos de la desinformación? ¿Por qué pretender negar la capacidad de niños y jóvenes para discernir y decidir de acuerdo con su libre albedrío e interés? ¿Por qué no escucharlos y propiciar con ellos el diálogo constructivo? ¿Por qué cerrar los ojos a las estadísticas que reflejan la realidad de la niñez y la adolescencia? ¿Por qué insistir en la venda y la sordera, más que en la comunicación con empatía y receptividad?

Si se asume que la represión de la sexualidad cohabita con la más amplia promoción y explotación del deseo y de lo prohibido en prósperas industrias del ciberespacio, del espectáculo, de la diversión y de la prostitución, ¿esa represión de la sexualidad está arrojando los resultados que de ella se esperan?

¿No es acaso la agudización de algunos problemas el producto neto de la doble moralidad (condenar en público lo que se practica o desea en privado) vigente en torno a la sexualidad?

¿Qué viabilidad tiene hoy la propuesta de abstinencia sexual?24 ¿Qué alternativas se ofrecen a los jóvenes de hoy día que se vuelven física y sexualmente maduros a una edad mucho menor que las generaciones anteriores?25 ¿Qué consecuencias acarrean el silencio y el miedo como disciplinadores del potro del deseo? A final de cuentas, el control de la sexualidad, del cuerpo, es un control político (Foucault), ya que la cultura machista de dominación sigue sustentada en la desigualdad y el privilegio (derecho privado, en su acepción latina original).

¿Alguien en particular puede imponer su visión unilateral de las cosas, su mandato sobre cuerpos y subjetividades, el control de la sexualidad a través de canones inflexibles, o esa pretensión es un ejercicio inútil? Recordemos la existencia de sexualidades, así, en plural. ¿De qué modernidad y democracia podemos hablar cuando se menoscaba o sustrae la posibilidad del libre examen de la sexualidad, de la posibilidad de educar en la libertad y la responsabilidad, como binomio de la misma sustancia?

Para arribar a la modernidad es imprescindible aceptar que la sociedad contemporánea contiene un amplio abanico de texturas y colores con los que se conforma la diversidad social y ciudadana. Que el proceso democratizador para ser legítimo debe incorporar, entre otras cosas, una educación sexual que se inscriba dentro de las mejores tradiciones de la educación laica, de libre examen de las ideas, de sustentación científica, de predominio de la razón, de libertad de expresión y de respeto a la pluralidad y a la diferencia de opiniones, sin la pretensión sofocante de una verdad única e indiscutible. Se requiere de información independiente, confiable, precisa y completa que necesitan los ciudadanos para sacudirse servidumbres y ser libres, más que el tedio de demandar que todo el mundo piense lo mismo y haga lo mismo, al mismo tiempo y de la misma manera.

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